sobreviviendo al CEMIC

15.12.06

cumpleaños

Hoy, mi mamá, María Elena, cumple sus primeros 75 años.

No es el cumpleaños que pensábamos, tras el resultado de la biopsia de ayer, que cierra un año muy duro, con muchos contratiempos e inconvenientes. Es más, no lo íbamos a festejar, tantos habían sido los golpes que nos dejó este 2006.

Pero ayer, apenas asimiló el último cross del 2006, dijo: “Vamos a festejarlo. Un festejo chiquito, pero vamos a hacer algo”. Así que esta noche, soplará sus velitas con la gente que la quiere y que la apoya, como la ha apoyado durante todo este tiempo.

Nos gustaría saber que la prepaga que eligió, hace 15 años, estuviera en ese grupo de amigos. Que estuvieran codo a codo, haciéndole el aguante. Pero no parece ser así. Paradójicamente, en este cumpleaños, se cierra la semana de haber presentado los reclamos a la Dirección de Asistencia Médica del CEMIC, sin ninguna noticia (ni siquiera un acuse de recibo) de su responsable.

Voy a mover un poco el tablero y mandarles un correo, al terminar el día, para ver si reaccionan. Y cuando digo “mandarles” es “mandarles”, en plural, a todos los integrantes de la Comisión Directiva, a la Gerencia Comercial, a Prensa y a Relaciones Institucionales. Quien te dice, en una de esas, se dan por aludidos.

Mientras, levanto la copa y digo: “Feliz cumple, mamá”.

Y para adentro mascullo: “Me hubiera gustado regalarte un mejor país que éste en el que te tocó envejecer”.